EVANGELIO
Yo y el Padre somos uno
Del Evangelio de san Juan 10,22-30
Los judíos, le preguntaban a Jesús: "¿Hasta cuando nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente."
Jesús les respondió: "Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno."
COMENTARIO
Jesús no sólo es la puerta y el pastor, está mostrando que es el enviado de Dios por las obras que hace. Su relación con el Padre, con Dios, es de una misteriosa identificación: “yo y el Padre somos uno”.
Pero algunos de sus oyentes no quieren creer en él. Y precisamente es la fe en Jesús lo que decide si uno va a tener o no la vida eterna. Si alguien se pierde, si alguien no tiene la vida eterna será porque él quiere. Porque Jesús, da la vida para que nadie se pierda. Si somos de los suyos, le escuchamos, le conocemos, le seguimos.
ORACIÓN
¡Anímate a vivir tu libertad y sabrás que sólo fue posible porque tu Dios te quiere libre!
No le pidas a Dios que te ame mientras tengas miedo de amar y de saberte amado.
¡Ámalo tú y sabrás que si hay calor es porque hubo fuego, y que si tú puedes amar es porque él te amó primero.
Anímate a creer que él es el Mesías es el amor de Dios Padre hecho voz para que escuches con tus labios humanos un te quiero del cielo.
No le pidas a Dios que te ame mientras tengas miedo de amar y de saberte amado.
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