EVANGELIO
Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo
Del Evangelio según san Mateo 13,36-43
Jesús dijo a los discípulos: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles.
Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre.
El que tenga oídos, que oiga."
COMENTARIO
A nosotros nos gustaría que la acción de Dios se manifestara de modo claro y tajante eliminando de la convivencia humana la injusticia, el abuso de los poderosos, el sufrimiento del inocente, el triunfo del mal, el fracaso de los justos y el éxito de los pecadores. Somos perfeccionistas y tenemos prisa en que se realice lo que creemos que es lo mejor.
Dios es eterno. No tiene prisa. Y, sobre todo, es compasivo y misericordioso. Es paciente con quien causa el mal porque tiene la esperanza en su conversión y arrepentimiento. Dios tiene inmensa paciencia porque tiene inmenso amor a sus criaturas. Dios Padre separará en el tiempo oportuno el trigo de la cizaña dando a cada uno lo que se merece.
ORACIÓN
Dios bueno, que concediste a los santos Joaquín y Ana el ser padres de la santísima Virgen, de vuestra familia hemos recibido el regalo de vuestro nieto Jesús, el hijo de María, Dios hecho hombre: Dios que ha venido a compartir nuestra vida. Os agradecemos vuestra fe, vuestra esperanza, vuestro espíritu generoso, vuestra confianza. Y os pedimos que ayudéis a todos los padres y madres para que sepan amar, educar, estar junto a sus hijos, como vosotros supisteis hacer con María.
Os pedimos por los abuelos, para que sepan transmitir la fe a sus nietos.
Señor que nuestra vida se guíe por la fe y por el deseo de cumplir en todo momento la voluntad de Dios Padre. Amén
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