EVANGELIO
El Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir
Del Evangelio según san Lucas 12, 8-12
Dijo Jesús:
"Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios.
Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios.
Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará.
Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender.
Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir".
COMENTARIO
La primera obligación de todo creyente es la de confesar la fe. La fe es algo invisible que va oculto en el corazón del creyente. Pero la fe debe hacerse perceptible a través de gestos y conductas. Una fe sin obras no vale. La fe, se valora por las obras
La obligación de dar testimonio de la fe tiene su contrapeso positivo: el Espíritu no nos dejará solos ante el peligro y Cristo será nuestro defensor en el último día.
La fe consiste en afirmar que Jesucristo es el Hijo de Dios.
Habla también del “imperdonable” pecado contra el Espíritu Santo, pecado contra la luz. Si ese pecado no se perdona no es debido a falta de amor o poder de Dios, sino a las disposiciones subjetivas del pecador que no está dispuesto a reconocerse necesitado de perdón.
Al perdón ofrecido debe unirse el perdón aceptado, de lo contrario no es efectivo el perdón.
ORACIÓN
Creo en Dios Padre fiel y misericordioso, que en Jesús me ha hecho hijo suyo.
Confieso que Jesús es el Señor de mi vida, que murió perdonándome y resucitó para el triunfo de la vida. El es el Hijo de Dios, y quiero decirte Señor que me pongo de tu parte, de parte de la vida, del perdón, de la fraternidad, de la justicia, del amor hecho beso y comprensión.
Creo en el Espíritu dador de vida y alegría, de paz y perdón; y me reconozco pecador y con fe digo sí al perdón que Dios me ofrece.
Creo que en la Iglesia encuentro la presencia sacramental de Jesús y creo en el don de una vida llena de sentido por el amor de Dios.
Señor que me pongo de tu parte
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